Se busca mejorar el sabor de las verduras con CRISPR
La empresa Pairwise, en Estados Unidos, busca mejorar el sabor de las verduras utilizando la técnica CRISPR-Cas9. Este tipo de método consiste en eliminar los genes no deseados, en este caso reduciendo los sabores desagradables.
Cualquier madre, padre o cuidador buscan mejorar el sabor de las verduras con salsas porque saben lo difícil que es convencer a los niños para que coman estos alimentos. Pero CRISPR acude al rescate de estos pequeños y de algunos adultos que los “rechazan”, desarrollando mejores sabores de estos alimentos saludables, reduciendo el amargor de muchas verduras y realzando el dulzor de las frutas.
Pero no solo para mejorar el sabor de la verduras con buenos sabores. La edición genética con CRISPR también se está utilizando para crear cultivos capaces de crecer en condiciones inclementes para soportar el impacto de la crisis climática, y que además son resistentes a las enfermedades, los insectos y la sequía.
Científicos de la Universidad de Berkeley y del instituto de genómica Innovative Genomics han creado, por ejemplo, plantas de cacao resistentes a las enfermedades que las pudren.
Entonces, imaginemos que los científicos pueden manipular las células, eliminar moléculas, añadirlas o fusionarlas. ¿Cómo esto podría cambiar el mundo?
Lo que parecía ciencia ficción se ha convertido en un hecho científico. En 2020, una tecnología molecular de edición de genes denominada CRISPR/Cas9 o "tijeras genéticas" recibió el Premio Nobel de Química. Antes de este descubrimiento, alterar los genes de una célula, planta u organismo llevaba mucho tiempo y a veces era imposible, pero el descubrimiento de CRISPR ha abierto un nuevo mundo de manipulación genética, con aplicaciones que van desde la eliminación de enfermedades hasta el desarrollo de cultivos resistentes a la sequía y a los insectos, capaces de crecer en entornos adversos.
Los científicos, que hoy son los mejores amigos de muchos niños que no comían verduras, han puesto en marcha un método para eliminar las enzimas que generan un sabor amargo en alimentos como el brócoli o las coles de bruselas.
Pese a ser uno de los alimentos claves para cualquier tipo de dieta, las verduras no suelen encabezar la lista de popularidad entre las preferencias de los usuarios, sobre todo los niños. Por apariencia, las 'menos favoritas' tienden a ser la col rizada, el brócoli y las coles de bruselas.
Una publicación realizada por el diario Portafolio destaca que la poca predilección hacia este tipo de verduras no es una novedad. Misma razón por la cual los científicos han puesto sus esfuerzos por intentar transformar ese sabor amargo y picante, en uno más llamativo para las papilas gustativas.
EL informe del diario asegura además que entre las acciones que se han puesto en marcha se ha intentado modificar genéticamente su estructura para reducir las enzimas que desencadenan ese gusto. ¿El resultado? Hojas menos amargas, piñas más dulces y otras variedades de cultivos que han entrado recientemente en el mercado o están a punto de hacerlo.
Parte de ese trabajo lo viene realizando la empresa de verduras Pairwise, en Estados Unidos, quien utilizó la técnica CRISPR-Cas9. Este tipo de método consiste en eliminar los genes no deseados, en este caso reduciendo los sabores desagradables.
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Pairwise también ha puesto moras bajo el bisturí de CRISPR para amortiguar el sabor agrio de la fruta, que proviene en parte de los antioxidantes. También está trabajando en un procedimiento para eliminar genes de una variedad poco utilizada conocida por su dulzura, pero cuyas espinas y semillas duras dificultan su comercialización.
Si bien este tipo de técnicas pueden ser de ayuda para hacer más atractivos estos alimentos, también tienen sus desventajas. Según le explicó Michael Miller, científico de alimentos de la Universidad de Illinois, a 'National Geographic', muchos de esos componentes amargos de las frutas y verduras llamados fitoquímicos tienen beneficios para la salud.
El llamado que hacen los expertos es a buscar un equilibrio entre atraer a las personas a comer más alimentos de origen vegetal y buscar estrategias para hacer de estos una alternativa llamativa.
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Brócoli y Coles de Bruselas: al reducir los niveles de glucosinolatos, las enzimas responsables del sabor amargo, se obtienen hojas más suaves y menos amargas.
Moras: CRISPR también se ha utilizado para reducir el sabor agrio de las moras, haciéndolas más dulces y atractivas.
Arvejas amarillas: La startup israelí Plantae Bioscience ha utilizado CRISPR para eliminar los genes responsables del sabor amargo en las arvejas amarillas, sin afectar su seguridad o valor nutricional.