CRISPR empieza a revolucionar la seguridad alimentaria en el mundo
A medida que continuamos investigando y aplicando esta herramienta de edición genética, podemos abordar de manera efectiva los desafíos alimentarios y garantizar un suministro adecuado y nutritivo de alimentos para las generaciones venideras.
La tecnología de edición genética CRISPR ha emergido como una herramienta prometedora para mejorar las cosechas de alimentos clave y contribuir con la seguridad alimentaria del mundo
Basados en un artículo publicado por la Deutsche Belle, la seguridad alimentaria es una preocupación apremiante en el mundo contemporáneo, especialmente cuando se considera un problema el crecimiento de la población global y los desafíos ambientales.
En este contexto, la tecnología de edición genética CRISPR ha emergido como una herramienta prometedora para mejorar las cosechas de alimentos clave, como arroz, maíz, soya, melón, tomate, banano entre otras.
Esta tecnología revolucionaria tiene el potencial de transformar la agricultura y asegurar una alimentación adecuada y sostenible para las futuras generaciones.
CRISPR/Cas9 es una técnica de edición genética que permite a los científicos modificar el ADN de manera precisa y específica en organismos vivos, incluidas las plantas. Esta herramienta molecular ha revolucionado la investigación biológica al ofrecer una forma eficiente y precisa de modificar los genes de una planta para mejorar sus características.
En los últimos años, se han implementado diversas mejoras en las cosechas que son clave para la alimentación mundial con el objetivo de aumentar la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad. Así, se ha avanzado en la modificación genética de cultivos para hacerlos más resistentes a enfermedades, plagas y condiciones climáticas adversas. Esto aumenta la productividad y la calidad de los cultivos. A su vez, se han desarrollado técnicas de cultivo más eficientes y sostenibles, como la agricultura de conservación, la agroecología y la hidroponía. Estas prácticas optimizan el uso de recursos como agua, suelo y nutrientes, reduciendo el impacto ambiental.
Por ejemplo, la agricultura de precisión se ha convertido en una herramienta clave para mejorar las cosechas y por eso la utilización de tecnología, drones, sensores y análisis de datos permite a los agricultores tomar decisiones informadas y optimizar la gestión de sus cultivos.
Con lo anterior se pueden implementar sistemas de riego más eficientes y la captación y almacenamiento adecuado del agua como temas esenciales para garantizar un suministro adecuado durante todo el ciclo de crecimiento de los cultivos.
Los expertos aseguran que para que haya mejoras en los cultivos también se deben promover la diversificación de cultivos como parte fundamental para una alimentación más variada y nutritiva. Esto también ayuda a mejorar la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a posibles enfermedades o desastres naturales que puedan afectar a un cultivo específico.
Estas mejoras están dirigidas a garantizar la seguridad alimentaria a nivel mundial, optimizar los recursos y promover prácticas más sostenibles en la agricultura.
Específicamente, podemos ver cómo Crispr ha permitido que algunos cultivos ya tengan mejoras.
Arroz: La tecnología CRISPR-Cas9 ha permitido desarrollar variedades de arroz con mayor contenido de nutrientes y resistencia a plagas y enfermedades. Esto es especialmente crucial dado que el arroz es un alimento básico para una gran parte de la población mundial. Científicos de la Universidad de California Davis (Estados Unidos) han utilizaron la tecnología CRISPR para introducir betacaroteno, el precursor de la vitamina A, en el arroz. Estaríamos hablando de lo que conocemos como “arroz dorado” pero obtenido a través de las tecnologías CRISPR.
Maíz: La edición genética ha posibilitado crear variedades de maíz con mayor rendimiento, resistencia a sequías y mejor calidad nutricional. Estos avances contribuyen directamente a garantizar una producción adecuada de alimentos y reducir la dependencia de climas favorables.
Leer: https://crisprenplantas.org/noticias/crispr-mejora-produccion-granos
Soya: La soya editada con CRISPR-cas9 ha permitido desarrollar variedades con mayor contenido de proteínas y aceites saludables, así como con mayor resistencia a enfermedades y condiciones climáticas adversas.
Leer: https://crisprenplantas.org/noticias/soya-editada-mas-nutritiva-y-eficiente
Melón: El melón editado genéticamente con CRISPR por científicos de la Universidad de Tsukuba en Japón ha logrado mantener su cáscara verde y su pulpa firme luego de 14 días de haber sido cosechado.
Leer: https://crisprenplantas.org/noticias/logran-melon-editado-con-mayor-vida-util
Tomate: El tomate, conocido como Sicilian Rouge High GABA, es el primer editado en ser comercializado en el mundo, lo que abre la puerta para más y nuevos mejoramientos orientados a ofrecer mayor valor nutricional y beneficios para la salud de los consumidores.
Leer: https://crisprenplantas.org/noticias/tomate-editado-geneticamente
Banano: El banano editado con Crispr ya es una realidad. En algunos países es una de las frutas más populares y consumidas a nivel mundial y Colombia es uno de los principales productores y exportadores de este cultivo. Sin embargo, las enfermedades que afectan al banano representan una amenaza significativa para su producción y sostenibilidad en el mundo entero.
El uso de CRISPR en la agricultura ofrece beneficios significativos para la seguridad alimentaria global. Al mejorar las cosechas clave, se logra un mayor rendimiento y calidad, así como la capacidad de adaptarse a condiciones climáticas cambiantes y resistir enfermedades y plagas. Esto se traduce en una mayor disponibilidad de alimentos, mejor calidad nutricional y menos pérdida de cosechas, contribuyendo así a una alimentación adecuada y sostenible para la creciente población del planeta.
En España por ejemplo, la aparición de la técnica del CRISPR supuso un salto cualitativo en la edición de genomas porque no es necesario hacer infinitas mutaciones hasta conseguir el resultado esperado, sino que se hace una cambio sobre un gen concreto en función de lo que se quiere conseguir.
Acá podemos ver algunas formas en las que la agricultura puede beneficiarse de esta tecnología:
Mejora de cultivos: CRISPR-Cas9 puede utilizarse para modificar genes en cultivos agrícolas, lo que permite mejorar características como la resistencia a plagas y enfermedades, la tolerancia a condiciones ambientales adversas (sequías, salinidad, etc.), el tiempo de maduración y la calidad nutricional de los alimentos.
Reducción de uso de pesticidas: Al modificar genes para que las plantas sean más resistentes a plagas y enfermedades, se puede reducir la necesidad de utilizar pesticidas y productos químicos nocivos para la agricultura.
Mayor rendimiento de cultivos: la edición genética puede potenciar el rendimiento de los cultivos al optimizar sus características genéticas para una mayor productividad, lo que contribuye a la seguridad alimentaria y a la disponibilidad de alimentos a nivel global.
Alimentos más nutritivos: CRISPR-Cas9 puede emplearse para enriquecer los alimentos con nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, mejorando así su valor nutricional y contribuyendo a una dieta más saludable.
Adaptación al cambio climático: mediante la edición genética, es posible modificar genes para que las plantas sean más resistentes y adaptables a los cambios climáticos, como temperaturas extremas o patrones de precipitación irregulares.
Es importante destacar que, aunque la edición genética ofrece numerosos beneficios, también plantea preocupaciones éticas y de seguridad que deben abordarse adecuadamente desde la regulación de los países para garantizar un uso responsable y seguro en la agricultura y en otros ámbitos. En América Latina, por ejemplo, esta tecnología ha suscitado tanto entusiasmo como inquietud, y la regulación de los organismos editados genéticamente se ha convertido en un tema de discusión para cada nación y su gobierno de turno.
Leer: https://crisprenplantas.org/noticias/marco-regulatorio-de-la-edicion-genetica-en-latinoamerica