Soya genéticamente modificado

Soya editada, más nutritiva y eficiente

La soya editada con CRISPR-cas9 ha permitido desarrollar variedades con mayor contenido de proteínas y aceites saludables, así como con mayor resistencia a enfermedades y condiciones climáticas adversas.

La soya es una leguminosa que ha sido objeto de múltiples estudios y experimentos en el campo de la biotecnología. Uno de los avances más recientes en este campo es la edición genética con la técnica CRISPR-cas9 y América Latina ha sido pionera en esta investigación.

La técnica CRISPR-cas9 permite modificar el ADN de forma precisa y eficiente, lo que ha abierto nuevas posibilidades en la mejora de cultivos y en la producción de alimentos más nutritivos y resistentes a enfermedades y plagas.

En el caso de la soya editada con CRISPR ha permitido desarrollar variedades con mayor contenido de proteínas y aceites saludables, así como con mayor resistencia a enfermedades y condiciones climáticas adversas.

A nivel mundial, la técnica CRISPR-Cas9 ha evolucionado rápidamente en los últimos años, convirtiéndose en una herramienta esencial en la investigación biotecnológica.

Su potencial para mejorar la calidad de vida de las personas y para abordar problemas globales como el cambio climático y la seguridad alimentaria es ampliamente reconocido.

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Soya editada con Crispr, realidad en Brasil 

El uso de la soya en la alimentación animal ha abierto un amplio panorama a la industria de concentrados, al permitir la formulación de dietas con una excelente concentración y disponibilidad de energía, aminoácidos y ácidos.

Sin embargo, estudios realizados por Agrosavia la principal desventaja para la utilización del grano de soya en su estado natural en la alimentación de cerdos y aves es la poca nutrición que ejerce esta planta al ser ingerida por los animales. Esto se traduce en la disminución del crecimiento y la pérdida de peso en estos animales.

En este sentido la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) consideró que la edición del genoma de la soya, realizada por Embrapa con la técnica Crispr para desactivar algunos factores de baja nutrición, resultaría en una soya convencional, por lo tanto, no se considera OGM.

El dictamen se basó en la Resolución Normativa N°16 y consideró que la planta editada no tiene presencia de ADN de otra especie, lo que hace que el producto no sea transgénico.

“Esta aprobación de la CTNBio es un gran logro para la soya editada con CRISPR, porque al considerar esta soya como no transgénica, no es necesario que hagamos el complejo proceso de desregulación comercial de un producto transgénico. Así, la liberación comercial es más rápida, reduciendo costos y facilitando la entrada en el mercado de productos con bioseguridad asegurada”, comenta el director general de Embrapa Soya, Alexandre Nepomuceno.

“Con esta alteración puntual y precisa en el ADN de la soya, pudimos imitar algunos procesos que existen en la propia naturaleza, pero que podrían tardar mucho en obtenerse por otras técnicas, como el mejoramiento clásico”, explica Nepomuceno.

La expectativa con estas plantas desarrolladas es garantizar la calidad nutricional de la soya, pero posibilitar potencialmente la reducción de costos en el uso de soya para la alimentación animal.

“Si hubiera utilizado el mejoramiento clásico, habría tomado de 10 a 12 años para introducir el mismo rasgo en una variedad productiva. Con la técnica CRISPR, esto se hizo en seis meses y, luego de confirmar el fenotipo (presencia del rasgo deseado), la variedad editada está lista para su registro y comercialización”, destaca el investigador.

Soya editada con CRISPR para controlar malezas

De otra parte, y según presenta el diario La Nación de Argentina, una empresa con base en Rosario logró que, después de los Estados Unidos, Brasil le hiciera un reconocimiento clave para una tecnología en soya que tiene un desarrollo para malezas. Ya en este caso no es un tema nutricional como referenciábamos anteriormente sino el tema acá es de control de malezas, que también ha utilizado la técnica CRISPR.

Así, esta empresa de agrobiotecnología (Bioheuris), fundada por Lucas Lieber, ingeniero agrónomo y el bioquímico Carlos Pérez han presentado mejoras en algunos cultivos con edición genómica para mejorar soja, maíz, arroz y algodón, entre otros.

Lucas Lieber, ingeniero agrónomo, y el bioquímico

                                      Foto: Lucas Lieber, ingeniero agrónomo - (La Nación Argentina)

Para esta firma, el hecho de que le respondan que la tecnología no se considerará transgénica significa mucho. Por un lado, que se bajen de unos 12 a 6 años los tiempos de desarrollo y, por otra parte, un ahorro de unos US$50 millones de costos regulatorios que se deberían emprender en el caso de que fuera un producto transgénico. Según el diario argentino, Lieber estima que el lanzamiento de la soya con edición génica podría estar para 2027. 

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Legislación asertiva

Así, la edición genética por fin ha encontrado eco en algunos países que han sido conscientes de sus bondades y se ha notado a lo largo de estos años una regulación más flexible en distintos Estados. Por ejemplo para la nueva soya es relevante, porque aumenta la posibilidad de que instituciones públicas de investigación o incluso pequeñas y medianas empresas desarrollen soluciones basadas en biotecnología que realmente se conviertan en innovaciones en el mercado.

Según el investigador argentino, Lucas Lieber, Brasil viene siguiendo los pasos de países como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Japón, Australia, Chile y Colombia porque cuentan con una legislación más asertiva con respecto al uso de la biotecnología en la agricultura, especialmente en el uso de la edición de genes.  

Fuente de consulta: Agroavances - La Nación de Argentina