Investigadores peruanos logran nuevas variedades de quinua y tarwi, gracias a CRISPR
Los científicos están desarrollando nuevas variedades de quinua y tarwi de fácil consumo y sin sustancias dañinas para la salud.
La investigación que se está llevando a cabo en tierras peruanas, a través de la técnica CRISPR/CAS, busca inhibir los genes que producen estas sustancias dañinas y obtener una nueva variedad de estas plantas.
Un equipo de investigadores de la Escuela Profesional de Biología de la Universidad Nacional de San Agustín, en Arequipa (Perú), y que es encabezado por la doctora María del Rosario Valderrama Valencia, están desarrollando nuevas variedades de quinua y tarwi de fácil consumo y sin sustancias dañinas para la salud, utilizando edición genética con la técnica CRISPR/CAS.
La quinua es un alimento que ha hecho parte de antiguas civilizaciones prehispánicas de la región andina, pero curiosamente, su salto a la fama se da desde que el resto del mundo lo conoce y descubre su potencial debido a su alto contenido nutricional y al aclamarse como un “superalimento”. La quinua es una semilla, pero con características únicas al poder consumirse como un cereal, por lo que se le considera como pseudocereal, se compara con los cereales y se clasifica como un grano integral.
El consumo de quinua se ha popularizado al ser un ingrediente perfecto ya que no contiene gluten, su aporte proteína es mayor que otros cereales, tiene fibra, fósforo, magnesio y hierro y un aporte de grasas insaturadas. Son tantos los aportes que nos brinda la quinua, que la FAO lo catalogó como un superalimento, declarando el 2013 como el año internacional de la quinua.
También te puede interesar: https://crisprenplantas.org/noticias/edicion-genetica-en-latinoamerica
El tarwi , por su parte, es una leguminosa de origen americano, cultivada en los Andes que se produce en la sierra peruana, en regiones como Cajamarca, Ancash, Huánuco, Junín, Cusco y Puno. Así como en las zonas andinas de Ecuador y Bolivia.
Esta nutritiva legumbre se desarrolla entre los 2.000 y 3.800 metros sobre el nivel del mar, en lugares con baja precipitación (300 a 600 mm) en climas templados y fríos. Es una leguminosa herbácea erecta de tallos robustos, algo leñosa que alcanza una altura de 1,8 a 2 metros y es de fácil adaptación y tolerancia a tierras pobres, sequías y de bajas temperaturas. Se distingue por su alto contenido de proteínas, mayor al de la soya, lo que lo hace una planta de interés mundial.
La investigación que se está llevando a cabo en tierras peruanas, a través de la técnica CRISPR/CAS, busca inhibir los genes que producen estas sustancias dañinas y obtener una nueva variedad de estas plantas que mantengan el mismo contenido nutriente sin estas sustancias dañinas para la salud.
El proyecto es ganador del fondo concursable de investigación en recursos genéticos de plantas nativas, financiado con 600.000 soles, según se lee en las noticias entregadas a la prensa del país Andino.
La investigadora Valderrama explicó que existe gran variedad de tarwi en zonas altoandinas que crecen de manera silvestre y poseen un 68.5% de proteínas, mucho mayor a los frijoles y a la soya, pero que a la vez contienen alcaloides que es una sustancia amarga perjudicial para la salud, al producir flatulencias para quienes las consumen.
El proyecto de investigación se ha denominado “Obtención de una nueva variedad de Lupinus sp. con bajo contenido de alcaloides y una nueva variedad de Chenopodium sp. con bajo contenido de saponinas a través de la edición genética con CRISPR/CAS”.
Los estudios se realizan en la Escuela de Biología, en el Laboratorio de Genética y el Centro de Recursos Genéticos y Genética Molecular, para lo cual se cuentan con los insumos necesarios.
El tarwi es considerado en la actualidad un superalimento por su gran valor nutricional que comprende más de 50% proteínas, 24 % hidratos de carbono, 13% fibra vegetal, 21,9 % de grasas esenciales (omegas 9, 6 y 3), 7.5% minerales (Hierro, Calcio, Magnesio, Potasio, Zinc), Vitamina B12 Además de su alto contenido proteico, también resalta por sus elevados niveles calcio, lo que lo convierte en un gran alimento para mantener dientes y huesos sanos, y se presenta como una buena opción para quienes son intolerantes a la lactosa y para aquellas personas que buscan alimentos de origen no animal.
Dra. María del Rosario Valderrama Valencia, encabeza el equipo de investigadores de la Escuela Profesional de Biología de la Universidad Nacional de San Agustín en Arequipa (Perú). (Foto tomada de la web de la Universidad)
Cabe señalar que esta investigación de científicos latinoamericanos cuenta con apoyo de la coinvestigadora internacional, Dra. Ada Sederoff Heike Inge, de la Universidad de Carolina del Norte, especialista en biología vegetal y microbiología, autora de más de 54 publicaciones científicas y 12 solicitudes de patentes en temas de biología molecular de plantas.
Las investigaciones de Sederoff Heike, se centran en ingeniería vías metabólicas y de transducción de señales en plantas para aumentar la productividad de cultivos ambientalmente sostenibles.
También te puede interesar: https://crisprenplantas.org/noticias/propiedades-de-la-cebada-crispr
En el 2020 se cosecharon en el Perú 11.000 hectáreas de tarwi, de las que se obtuvieron 15.000 toneladas métricas de este cultivo. Mientras que las exportaciones de esta semilla representaron ventas por USD 1.200.000 y tuvieron como destino principal a Ecuador. Según el Censo Agropecuario (Cenagro) actualmente existen más de 30.000 familias de agricultores que generan sus ingresos con el cultivo de tarwi.
La Dra. Valderrama explica que tanto el Tarwi como la Quinua son recursos que en la región Arequipa se encuentran en abundancia. No obstante, el problema que se tiene en la actualidad es que estás contienen anti proteínas que no son beneficiosas para el consumo humano. Por ello con su investigación buscan apagar los genes que producen los alcaloides y las saponinas en cada caso respectivamente.
“Apagar gen significa que vamos a usar como una tijera para cortar ese sector del genoma que está generando ese alcaloide o esa saponina, nada más”, explicó de manera sencilla la investigadora.
El proyecto se ha ido desarrollando, por un grupo de investigadores compuesto por una investigadora principal, dos coinvestigadores de la UNSA, un coinvestigador externo y dos investigadores junior, que han realizado diversas acciones como la obtención de las plantas, realización del cultivo in vitro, dominio de producción y reproducción de las plantas a estudiar, entre otros.
Fuentes consultadas:
https://foods.pe/el-tarwi/#valor-nutricional-del-tarwi
https://www.unsa.edu.pe/investigadores-agustinos-buscan-nuevas-variedades-de-quinua-y-tarwi/