Edición genética mejora los beneficios de la lechuga
Con edición genética se busca que los beneficios de la lechuga aumenten en cantidad y calidad.
Las proyecciones de la FAO muestran que para alimentar una población mundial de 9.100 millones de personas en 2050 sería necesario aumentar la producción de alimentos en un 70%. La producción en los países en desarrollo casi tendría que duplicarse. Ello implica un aumento importante en la producción de varios productos básicos fundamentales. También implica mejorar los nutrientes de los alimentos, como consiguieron varios investigadores al mejorar, con CRISPR, los beneficios de la lechuga.
El informe dice que “la producción anual de cereales, por ejemplo, tendría que incrementarse en casi mil millones de toneladas, y la producción de carne en más de 200 millones de toneladas, hasta alcanzar un total de 470 millones de toneladas en 2050 —el 72 % de ellas en los países en desarrollo, frente al 58 % en la actualidad—. Alimentar de forma adecuada a la población mundial también significa producir el tipo de alimentos que faltan para garantizar la seguridad nutricional”.
Es por ello que los científicos están enfocando sus investigaciones en desarrollar cultivos más nutritivos y con mejores rendimientos utilizando la edición genética.
La lechuga, otro ejemplo
Ya se habían hecho algunos cambios a la lechuga gracias a un grupo de investigadores de la Academia de Ciencias de China, quienes lograron eliminar un gen mediante la técnica de edición de genes Crispr/Cas, y que ha llevado a un aumento en el contenido de vitamina C de la lechuga en aproximadamente un 150%. El estudio fue publicado en Nature Biotechnology.
Otro estudio israelí, esta vez realizado por Yarin Livneh, estudiante de doctorado en la Universidad Hebrea de Jerusalem bajo la supervisión del profesor Alexander Vainstein, respalda las nuevas técnicas de fitomejoramiento, también conocidas como edición genética, para ayudar a superar los desafíos globales.
La estudiante asegura que es una gran entusiasta cuando se trata de las aplicaciones de las modificaciones del genoma de las plantas, de acuerdo con una publicación realizada en Food Navigator.
“Creo que muchos de los desafíos que enfrenta nuestro mundo hoy, como el cambio climático, la desnutrición, la contaminación y el riesgo de enfermedades, podrían abordarse con la ayuda de investigaciones mejoradas genéticamente”, dice Livneh.
Y es eso lo que está haciendo está futura doctora con su investigación: aprovechar la técnica Crispr/Cas para mejorar la calidad nutricional de un cultivo agrícola.
“No solo los frutos de mi trabajo podrían comercializarse como una verdura más saludable, pienso en hamburguesas más nutritivas, por ejemplo; sino que el conocimiento y la experiencia que he acumulado en el proceso podrían servirme en el futuro para abordar metas aún más importantes”.
Lechuga sobrealimentada
Las plantas de lechuga producen de forma natural una variedad de nutrientes, como vitamina C, betacaroteno y tiamina (vitamina B). Sin embargo, la planta solo produce una cantidad limitada de cada uno de estos.
En la investigación de Livneh, se aprovechó la tecnología Crispr/Cas para apuntar a áreas en los genes de la lechuga común que regulan la producción y acumulación de estos nutrientes específicos.
“Al alterar ligeramente los componentes regulatorios, puedo engañar a las plantas de lechuga para que produzcan o acumulen más, en beneficio del consumidor”, dijo a FoodNavigator.
Desafíos de investigación
Según la publicación de FoodNavigator, el proyecto de investigación no estuvo exento de desafíos. Un problema común en las plantas de edición de genes radica en entregar la maquinaria molecular de Crispr/Cas en la planta de manera eficiente.
“Para hacer eso, utilicé un método de administración basado en un vector viral que generalmente infecta a las plantas y les entrega su material genético”, explicó Livneh. “Este método es relativamente único y se desarrolló originalmente en nuestro laboratorio, donde también se utiliza para otras especies de plantas”, comenta.
¿Potencial de comercialización?
En Europa, los cultivos editados genéticamente están prohibidos y la regulación es igualmente estricta en Israel, debido a los lazos comerciales entre ellos. “En términos de investigación, estamos a la vanguardia de la investigación y la aplicación genética. El debate sobre los OGM es ignorado en gran medida por el público, pero aún así la regulación en Israel es estricta porque muchos de los productos que se cultivan aquí se exportan a Europa”.
“Ya he recibido varias consultas de productores y vendedores locales de lechuga deseosos de cultivar y vender el producto”, dijo a esta publicación. “No se sienten disuadidos por el hecho de que la lechuga está modificada genéticamente, pero lamentablemente no están familiarizados con la regulación y no conocen el proceso requerido para la aprobación”.
La investigadora sigue siendo «muy» optimista sobre el potencial de comercialización en los mercados globales. El Reino Unido, que se retiró de la Unión Europea a principios de 2020, ha aprobado recientemente estudios de campo para cultivos editados genéticamente. Recientemente, un tomate mejorado nutricionalmente, editado con CRISPR, ingresó al mercado de alimentos japonés.
Esto sugiere que no solo Estados Unidos está adoptando cultivos editados genéticamente. “Creo que esta tendencia continuará”, puntualiza la científica.
Fuentes consultadas: